lunes, 25 de junio de 2012

Destino Australia: de las arenas del desierto a las de la costa de Queensland


Muchos compartimos las ganas de invertir parte de nuestro tiempo libre en conocer y descubrir nuevos lugares y culturas. Para nosotros, los viajeros, es casi un estilo de vida. Aprendizaje y desarrollo personal e intelectual son tan sólo algunos aspectos que nos proporciona viajar por todos los diferentes rincones posibles.

La maleta con nuestros enseres necesarios y unos billetes de transporte se convierten en nuestros mejores amigos para emprender el rumbo. Con esto, ya estamos más que preparados para comenzar nuestra aventura. Una de la sensaciones más maravillosas se produce cuando ya estás sentado en tu asiento, con el cinturón abrochado y en pleno vuelo y tu mente comienza a recordar la planificación todo lo que vas a visitar. La realidad suele ser algo diferente, casi nunca suceden las cosas como las imaginas… al final suele ser aún mejor!. 

Perderse por los sitios que se escapan al típico turista es lo que más nos identifica, llegar a esos lugares dónde realmente conectas con sus gentes y llegar a conocer cómo viven, cómo se comportan y dónde puedes sentirte arropado y bien recibido como uno más de ellos. 

Después de visitar diferentes países y siempre haciendo viajes cortos, mi próximo destino es Australia. Quiero conocer realmente esa tierra, y escaparme de los tópicos que tenemos al escuchar su nombre siempre directamente relacionado con surf, canguros, Koalas… Estoy segura de que se esconden muchos más atractivos detrás de lo más superficial. Conseguir trabajar en australia y estudiar ingles en australia pueden ser dos grandes razones para seguir conociendo el país y recorrerlo con la maleta y una gran sonrisa a cuestas. 


Australia se ha convertido en los últimos meses en el destino que más me apetece para una escapada de varias semanas. Es un destino perfecto para la práctica de deportes relacionados con el medio natural, en especial acuáticos y de aventura, así como para disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor. Muchas veces se asocia el concepto de naturaleza exclusivamente a zonas verdes, frondosas, cubiertas de agua y con numerosa y variada flora y fauna. La naturaleza en Australia toma todas las formas que podamos imaginarnos, y la que impera es el desierto. Una de las manifestaciones de la naturaleza más mágicas que existen. Donde las noches estrelladas pueden dejarnos sin palabras y el poder de su silencio eterno nos empuja a soñar incluso despiertos.


Fuente: http://www.viajesoceania.com/wp-content/uploads/mapa-fisico-oceania-2.jpg

El desierto en Australia ocupa aproximadamente 2,3 millones de km2, y se pueden distinguir hasta 11 desiertos diferentes situados en el centro y norte del país. En el desierto australiano podemos encontrar con algunas formaciones rocosas tan maravillosas como el monolito de Uluru.

Esta formación rocosa, que es uno de los monolitos de mayor tamaño del mundo (con 348 metros de alto y 9 km de contorno) se encuentra situada dentro del Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, uno de los más visitados del país.

Además del desierto siento pasión por las playas salvajes que aún quedan en Australia. Siempre he querido mejorar mi inglés y aprender a hacer surf, por lo que Australia es el destino perfecto para conbinar estas dos actividades. Como buceadora desde los 14 años, siento pasión por el mar y todos los tesoros que esconde. El océano es otra manifestación de la naturaleza que me apasiona y que ofrece multiples opciones para los amantes del riesgo y los deportes. Snorkel, surf, windsurf, kitrsurf, buceo entre otras son algunas de las actividades de que se pueden disfrutar en las playas australianas.


Mis favoritas, por lo que he leído hasta ahora son las playas vírgenes de Coffs Coast, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. También visitaré la playa de Witeheaven beach, situada en la zona deshabitada de la isla de Whitsundays, Queensland.

Fuente: http://www.bestbeachesintheworld.org/images/Australia/WhiteHaven/1.jpg

Esta maravillosa playa ha recibido además reconocimientos y premios por su limpieza y la calidad de sus aguas. Las visitas a esta costa están reguladas por la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral y sólo se puede acceder a ella mediante registro previo y con guía.

Comienza la época de ahorrar y recopilar información más detallada sobre este maravilloso país, para preparar mi viaje. Otoño creo que será la época elegida para comenzar la aventura.

viernes, 8 de junio de 2012

BUDAPEST UNA CIUDAD POR DESCUBRIR

Ahora que ya estamos casi en verano y que el crudo invierno nos ha dejado, es una fantástica idea la de visitar Budapest. En contra de lo que mucha gente piensa, en esta ciudad brilla el sol desde primavera hasta el otoño.

Si nuestro hotel está situado en el centro, lo primero que haremos será coger el autobús 200E hasta su última parada, que es la de la línea de metro azul Kőbánya kispest. Desde allí, llegaremos al centro donde pararemos en Deák ferenc tér que es la estación de metro principal y comunica con las otras dos líneas (amarilla y roja). Te fijarás del encanto del metro de Budapest con sus vagones fabricados en la antigua URSS.


Dejamos nuestra pequeña maleta en el hotel y nos vamos corriendo a visitar todo el centro de Budapest. Empezaremos por la Basílica de San Esteban, situada en la plaza de Szent István Ter y que está dedicada al rey Esteban I, que convirtió a Hungría al Cristianismo. Allí se conserva la mano derecha momificada del rey.


Desde allí podremos ir andando al río Danubio que separa los dos territorios de la ciudad, Buda y Pest. Enseguida veremos que casi por la orilla pasa un tranvía. No dudes en cogerlo ya que te lleva hasta el Parlamento húngaro, una obra arquitectónica majestuosa. Algo más allá, veremos los magníficos puentes sobre el río. El Puente de Elizabeth y el Puente de las Cadenas, custodiado por 4 leones, 2 por cada extremo, son los más conocidos. 


Desde Pest verás que Buda dibuja una pequeña colina. Atrévete a cruzar cualquier puente para cambiar de ciudad. Una vez allí, debes adentrarte en el castillo de Budapest donde se encuentran varios museos y galerías importantes como el Museo de Historia. Si te gustan los laberintos, el castillo tiene uno de los más famosos. Luego, visita el Bastión de los Pescadores, un mirador situado en la colina de Buda. En este barrio vivían los pescadores encargados de defender esta parte de la ciudad. Algo más atrás se encuentra la Iglesia de San Mateo.


En la misma parte de la ciudad deberemos subir hasta la Ciudadela de Budapest situada en el Monte Géllert y construida por los Habsburgo para controlar a los húngaros. También encontraremos allí el Monumento a la Liberación, que conmemora la liberación de la ciudad por parte de los rusos.

Si tienes mucha hambre,  Budapest cuenta con una gran selección gastronómica y buenos restaurantes. El restaurante Menza, Fakanál o si tienes mucha mucha hambre, el Fatál es la mejor opción, situado en la calle peatonal Váci utca 67.

Si sigues esa misma calle, te toparás con el Mercado Central de Budapest que es el más grande de los cinco mercados que tiene la ciudad. Para visitarlo puedes ir de martes a viernes: de 6:00 a 18:00 horas. Lunes: de 6:00 a 17:00 horas y sábados: de 6:00 a 15:00 horas. Allí podrás encontrar las mejores delicias culinarias Magyares como especias (paprika), geniales embutidos, carnes, pescados,  vino, etc. También artesanía y cerámica.

Si quieres disfrutar de una buena terraza ya sea por la tarde o por la noche, Budapest cuenta con unos bares muy peculiares y muy atractivos, los Ruin Bars. Son edificios viejos, algunos casi en ruinas, adaptados a bares y pubs y que están repartidos por toda la ciudad, así que no será difícil que encuentres alguno. Te recomiendo el Corvin Teto, situado en la línea de metro azul Blaha Lujza tér, es un edificio al que tienes que subir hasta el último piso y disfrutar de su magnífica terraza. El Instant y sobre todo el Szimpla Kert son otros que no debes dejar de visitar.



Seguro que te apetece relajarte en uno de los maravillosos balnearios de la ciudad. La oferta es amplia, los más antiguos son los Baños Király. También están el Rudas, el Balneario Gellért, Lukács y el Balneario Széchenyi que es mi recomendación. Es de los más grandes de Europa, dispone de saunas y de 10 piscinas tanto interiores como exteriores, algunas de ellas terapéuticas.


Pero, antes de ir a los baños Széchenyi debes coger la línea amarilla M1, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2002, y que te llevará a ellos. Aunque tienes también la posibilidad de ir andando por esa maravillosa Avenida Andrássy. Sin importar cómo hayas decidido ir hay 2 paradas obligadas, la primera en Ópera para poder disfrutar del Budapest Ópera House. Si tienes oportunidad entra o aún mejor, infórmate de qué espectáculo hacen, merece la pena. La segunda es la Plaza de los Héroes, que conmemora a los líderes de las siete tribus fundadoras de Hungría. Allí también está situado el Museo de Bellas Artes, uno de los más emblemáticos de la ciudad.

  

 Antes de despedirte de Budapest también deberías de visitar la Sinagoga Judía, el Parque Memento, que es un museo en recuerdo al régimen comunista, el Museo del Terror dedicado a las barbaries protagonizadas tanto por nazis como por comunistas, Aquincum una importante ciudad romana desenterrada a finales del S.XIX, la Galería Nacional Húngara, el Museo Nacional de Hungría y, por supuesto, la Isla Margarita si buscas tranquilidad.

Por último, si deseas comprar objetos de 2ª mano o reliquias del régimen comunista y te encanta el regateo, ves al mercado Ecseri. Posee un encanto especial que lo hace único y está situado lejos del centro, en la calle Nagyokrös.