Ahora
que ya estamos casi en verano y que el crudo invierno nos ha dejado, es una
fantástica idea la de visitar Budapest. En contra de lo que mucha gente piensa,
en esta ciudad brilla el sol desde primavera hasta el otoño.
Si nuestro hotel está situado en el centro, lo primero que haremos será coger el autobús 200E hasta su última parada, que es la de la línea de metro azul Kőbánya kispest. Desde allí, llegaremos al centro donde pararemos en Deák ferenc tér que es la estación de metro principal y comunica con las otras dos líneas (amarilla y roja). Te fijarás del encanto del metro de Budapest con sus vagones fabricados en la antigua URSS.
Dejamos
nuestra pequeña maleta en el hotel y nos vamos corriendo a visitar todo el
centro de Budapest. Empezaremos por la Basílica de San Esteban, situada en la
plaza de Szent István Ter y que
está dedicada al rey Esteban I, que
convirtió a Hungría al Cristianismo. Allí se conserva la mano derecha
momificada del rey.
Desde allí podremos ir andando al río Danubio que
separa los dos territorios de la ciudad, Buda y Pest. Enseguida veremos que
casi por la orilla pasa un tranvía. No dudes en cogerlo ya que te lleva hasta
el Parlamento húngaro, una obra arquitectónica majestuosa. Algo más allá, veremos
los magníficos puentes sobre el río. El Puente de Elizabeth y el Puente de las
Cadenas, custodiado por 4 leones, 2 por cada extremo, son los más conocidos.
Desde Pest verás que Buda dibuja una pequeña colina.
Atrévete a cruzar cualquier puente para cambiar
de ciudad. Una vez allí, debes adentrarte en el castillo de Budapest donde
se encuentran varios museos y galerías importantes como el Museo de Historia.
Si te gustan los laberintos, el castillo tiene uno de los más famosos. Luego,
visita el Bastión de los Pescadores, un mirador situado en la colina de Buda.
En este barrio vivían los pescadores encargados de defender esta parte de la
ciudad. Algo más atrás se encuentra la Iglesia de San Mateo.
En la misma parte de la ciudad deberemos subir hasta
la Ciudadela de Budapest situada en el Monte Géllert y construida por los
Habsburgo para controlar a los húngaros. También encontraremos allí el
Monumento a la Liberación, que conmemora la liberación de la ciudad por parte
de los rusos.
Si tienes mucha hambre, Budapest cuenta con una gran selección gastronómica
y buenos restaurantes. El restaurante Menza, Fakanál o si tienes mucha mucha
hambre, el Fatál es la mejor opción, situado en la calle peatonal Váci utca 67.
Si
sigues esa misma calle, te toparás con el Mercado Central de Budapest que es el
más grande de los cinco mercados que tiene la ciudad. Para visitarlo puedes ir
de martes a viernes: de 6:00 a 18:00 horas. Lunes: de 6:00 a 17:00 horas y sábados:
de 6:00 a 15:00 horas. Allí podrás encontrar las mejores delicias culinarias
Magyares como especias (paprika), geniales embutidos, carnes, pescados, vino, etc. También artesanía y cerámica.
Si
quieres disfrutar de una buena terraza ya sea por la tarde o por la noche,
Budapest cuenta con unos bares muy peculiares y muy atractivos, los Ruin Bars.
Son edificios viejos, algunos casi en ruinas, adaptados a bares y pubs y que están
repartidos por toda la ciudad, así que no será difícil que encuentres alguno.
Te recomiendo el Corvin Teto, situado en la línea de metro azul Blaha Lujza
tér, es un edificio al que tienes que subir hasta el último piso y disfrutar de
su magnífica terraza. El Instant y sobre todo el Szimpla Kert son otros que no
debes dejar de visitar.
Seguro
que te apetece relajarte en uno de los maravillosos balnearios de la ciudad. La
oferta es amplia, los más antiguos son los Baños Király. También están el
Rudas, el Balneario Gellért, Lukács y el Balneario Széchenyi que es mi recomendación. Es de los más grandes de Europa, dispone de saunas y
de 10 piscinas tanto interiores como exteriores, algunas de ellas terapéuticas.
Pero,
antes de ir a los baños Széchenyi debes coger la línea amarilla M1, declarada
Patrimonio de la Humanidad en 2002, y que
te llevará a ellos. Aunque tienes también la posibilidad
de ir andando por esa maravillosa Avenida Andrássy. Sin importar cómo hayas
decidido ir hay 2 paradas obligadas, la primera en Ópera para poder disfrutar
del Budapest Ópera House. Si tienes oportunidad entra o aún mejor, infórmate de
qué espectáculo hacen, merece la pena. La segunda es la Plaza de los Héroes,
que conmemora a los líderes de las siete tribus fundadoras de Hungría. Allí
también está situado el Museo de Bellas Artes, uno de los más emblemáticos de
la ciudad.
Antes de despedirte de Budapest también deberías de visitar la Sinagoga Judía, el Parque Memento, que es un museo en recuerdo al régimen comunista, el Museo del Terror dedicado a las barbaries protagonizadas tanto por nazis como por comunistas, Aquincum una importante ciudad romana desenterrada a finales del S.XIX, la Galería Nacional Húngara, el Museo Nacional de Hungría y, por supuesto, la Isla Margarita si buscas tranquilidad.
Por último, si deseas comprar objetos de 2ª mano o reliquias del régimen comunista y te encanta el regateo, ves al mercado Ecseri. Posee un encanto especial que lo hace único y está situado lejos del centro, en la calle Nagyokrös.
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